La eterna melancolía de World of Tomorrow

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"Es lo que tiene el presente, Emily prime: sólo lo aprecias cuando es el pasado" - Emily III

El animador y director estadounidense Don Hertzfeldt siempre ha sido fácilmente reconocible por su estética peculiar: historias con un estilo de dibujo simple, bañadas en efectos visuales. Dentro de su tono abstracto y ácido, no obstante, el contenido temático de su obra ha ido evolucionando desde el humor negro absurdo hacia temas más trascendentales.

Aunque Rejected (2000), corto que le valió una nominación al óscar, ya rozaba en su tramo final un tono existencialista, en sus dos últimos trabajos estas ideas pasan a un primer plano. Estamos hablando de World of Tomorrow (2015) y su secuela, estrenada a finales de 2017.

En World of Tomorrow, Emily, una niña de 4 años, es visitada por un clon suyo desde el futuro. En los próximos años la clonación humana ha avanzado considerablemente, y las clases superiores recurren a ella para asegurarse una existencia eterna. Concretamente, la Emily del futuro es la tercera versión de sí misma.

No obstante, la vida eterna tiene un precio, ya que con cada iteración los clones pierden parte de lo que les hace humanos, como la habilidad de expresar y entender sus emociones. En palabras de Hertzfeldt:

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"[La tercera Emily] es como una Mary Poppins a la que le falta un trozo del cerebro; Ha visto y recorrido muchos sitios, pero carece de empatía."

Según va mostrando Emily III a la original, la perspectiva de una existencia infinita ha llevado a la humanidad a refugiarse en el pasado. En un dispositivo que permite visualizar cualquier momento y lugar de la historia podemos ver que, en el futuro, la mayoría de registros son de gente utilizando ese mismo aparato; de hecho, el motivo de la visita de Emily III no es otro que recuperar una memoria de la infancia que ella ya había olvidado.

Los temas como la pérdida de la humanidad, la falta de sentido de la existencia, o la tendencia a vivir anclados en los recuerdos, contrastan con la inocencia y la capacidad de maravillarse de la Emily de 4 años, que ve el mundo por primera vez. Don Hertzfeldt ha hablado en varias ocasiones sobre cómo grabó las frases de este personaje, cuya actriz de doblaje es su sobrina pequeña: él y la niña se sentaban a dibujar, hablar, y jugar con plastilina, mientras un ipad grababa secretamente las conversaciones.

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Para Hertzfeldt, la participación de su sobrina es una parte fundamental del guión de ambas películas. Mientras que durante la grabación de la primera el director tuvo que trabajar con fragmentos inconexos, muchas veces ininteligibles, la experiencia fue muy distinta para la secuela. La niña tenía ya 5 años, y las pequeñas expresiones de embelesamiento dieron paso a largos monólogos donde ella era la directora: “Era como trabajar con un artista de improvisación… ligeramente loco”. Así, estas divagaciones fueron las que dieron forma al guión de la segunda parte.

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El mundo interior que demuestra Don Hertzfeldt en estos cortometrajes es admirable: sin exceder los veinte minutos de duración, ambos presentan un mundo cargado de ideas interesantes e imaginativas. El apartado visual acentúa la imagen de mundo en decadencia con una estética digital, corrupta, efectos que, como él mismo admite, en ocasiones logró rompiendo el software de edición.

El mundo de la Emily del futuro está reinado por la melancolía. Como ella misma dice a la Emily de 4 años: “Este es tu futuro, Emily Prime. A veces es una vida triste, y es una vida larga”. No obstante, World of Tomorrow deja un mensaje a los que vivimos en el presente: no debemos dar importancia a las cosas que no la tienen, ni perder el tiempo con nimiedades. Frente a la inmensidad de la vida eterna, nuestra existencia es una mera gota en el río del tiempo.

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World of Tomorrow y World of Tomorrow Episode Two están disponibles para su alquiler en Vimeo.

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